Nuestra paciente acude a nosotros porque está preocupada por el aspecto de su sonrisa. Nos comentaba que notaba sus dientes más amarillos de lo habitual y que esto afectaba su seguridad al sonreír. Tras una primera valoración, decidimos realizar una limpieza dental profesional para eliminar manchas superficiales y asegurarnos de que las encías estaban en perfecto estado antes de iniciar cualquier tratamiento estético.
Una vez confirmamos que su salud bucodental era adecuada, le propusimos un tratamiento de blanqueamiento dental ambulatorio, ideal para realizar cómodamente desde casa, bajo nuestra supervisión. Le proporcionamos unas férulas personalizadas y el gel blanqueador con las instrucciones detalladas para una aplicación segura y eficaz.
Durante las tres semanas que duró el tratamiento, hicimos un seguimiento regular para monitorizar los avances y asegurarnos de que todo evolucionaba correctamente. Nuestra paciente siguió el tratamiento con constancia y cuidado, y los resultados no tardaron en hacerse visibles: su sonrisa se volvió visiblemente más blanca y luminosa.
Al finalizar el proceso, la paciente nos expresó su satisfacción y alegría con el cambio obtenido. Se sentía mucho más cómoda al sonreír y valoró muy positivamente la posibilidad de haberlo hecho desde casa, con un método efectivo, cómodo y seguro.
Casos como este nos recuerdan que, con el tratamiento adecuado y una buena orientación profesional, lograr una sonrisa más blanca y saludable está al alcance de todos.